Una articulación es la unión de uno o más huesos, y se encuentran en zonas de nuestro cuerpo como las rodillas, los codos, las caderas o los hombros. La gran mayoría son móviles, y permiten que los huesos puedan tener mayor libertad de movimiento. Están compuestas por varios elementos:
- Cartílago: tejido que cubre al hueso en su superficie y ayudan a reducir la fricción resultante del movimiento.
- Membrana y líquido sinovial: esta membrana forma un revestimiento alrededor de la articulación y segrega líquido sinovial, un fluido transparente y pegajoso que lubrica la articulación.
- Ligamentos: se trata de unas bandas gruesas y elásticas que sostienen los huesos que conforman la articulación y limitan su movimiento.
- Tendones: al igual que los ligamentos, son otro tipo de tejido que conectan los huesos con los músculos, permitiendo así su movimiento.
- Bursa: cavidad que contiene fluidos. Se encuentran entre los huesos, ligamentos y otras estructuras y ayudan a amortiguar la fricción de las articulaciones.
Dolor articular
Como podrás imaginar, las articulaciones se enfrentan constantemente a la presión de otras estructuras del cuerpo y son propensas a sufrir lesiones como parte de los movimientos cotidianos a los que se ven expuestas. Existen factores que pueden agravar esta situación como la edad (con los años existe mayor desgaste de la articulación y por tanto, aumenta la sensación de dolor) o la práctica de ejercicio físico (por ejemplo, en corredores, sus rodillas y tobillos están muy expuestos al impacto, por lo que aumenta el riesgo de desgaste y lesiones).
Entre las causas más frecuentes de dolor articular se encuentran la artrosis, los esguinces o las fracturas.
El dolor articular puede afectar a distintas zonas del cuerpo, como pueden ser los dedos, las muñecas o las rodillas, y puede ir acompañado de inflamación, rigidez e incluso, dificultad para ejecutar movimiento.
¿Cómo cuido de mis articulaciones?
Mantener una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable puede ser de gran ayuda. Mantener un peso dentro del marco saludable para cada persona y prevenir la obesidad, reduce el peso y la sobrecarga para las articulaciones, por lo que es el principal factor para disminuir posibles problemas o lesiones futuras.
Una dieta rica en pescados azules, fruta y verdura, aporta gran cantidad de ácidos grasos, vitaminas y minerales que mantienen las estructuras de los huesos, músculos y articulaciones en estado óptimo.
Acompañar una dieta equilibrada y saludable con complementos alimenticios adecuados que aporten un plus de ingredientes activos, puede ser una buena estrategia, sobre todo para personas con mayor desgaste como personas mayores o deportistas. HUESOS ARTICULACIONES es un complemento alimenticio que contribuye al confort de las articulaciones en formato cápsula.
Su contenido en Bambú aporta Sílice, un componente del cartílago y de los huesos. La Sílice contribuye al confort de las articulaciones, mejora la resistencia del tejido conjuntivo, ayuda a prevenir la degeneración del cartílago y contribuye a la solidez ósea.
Además contiene glucosamina y condroitina, ingredientes imprescindibles para la formación de tejido conectivo, principalmente en el cartílago articular. La Glucosamina y la Condroitina resultan una combinación efectiva en casos de procesos de degeneración del cartílago en las articulaciones, inflamaciones o molestias en las mismas.
Este producto va dirigido a personas que tienden a sufrir molestias articulares y/o en los huesos, deportistas y personas con gran actividad física o de impacto o personas con desgaste óseo y articular.
Consejos para deportistas
Además de estos consejos, si eres deportista y quieres tener siempre a punto tus articulaciones, debes tener en cuenta estos consejos para rendir al máximo y notar las mínimas molestias posibles:
- Masajes pre-entreno y pre-competición: realizar un suave masaje en tus articulaciones mejora el riego sanguíneo tanto a los músculos como a las articulaciones y para prepararlos para el esfuerzo y reducir el riesgo de posibles lesiones.
- Calentamiento: es fundamental, antes de realizar cualquier actividad, realizar un calentamiento previo, para preparar a las articulaciones de forma gradual. Puedes empezar con un calentamiento y seguir por algunos ejercicios más específicos para el deporte que vayas a realizar.
- Estiramientos post-actividad: después de haber realizado ejercicio, y una vez hayas vuelto a la calma, es recomendable realizar estiramientos suaves de las áreas que hayas trabajado, como los isquiotibiales, hombros o lumbares.
- Masajes post-competición: después del esfuerzo puedes realizar masajes con algún gel efecto frío para aliviar la sensación de cansancio y de fatiga.
- Fisioterapia: visita a tu fisioterapeuta de confianza de manera regular, aunque no estés lesionado. Es conveniente soltar la musculatura, y realizar descargas musculares regularmente para prevenir posibles lesiones.
- Descanso: realizar ejercicio es muy importante, pero casi lo es más descansar convenientemente. Un correcto descanso es la clave para una buena recuperación.
Como lees, es muy sencillo ayudar a nuestras articulaciones a mantenerse en buenas condiciones. Sigue todos estos consejos, y seguro que notarás la diferencia.