La enfermedad celíaca tiene un amplio abanico de manifestaciones dermatológicas inespecíficas que se atribuyen a diferentes situaciones carenciales, en general múltiples.
Por otra parte, los pacientes con enfermedad celíaca pueden desarrollar un cuadro clínico dermatológico específico, la dermatitis herpetiforme y asociarse a algunos trastornos de naturaleza autoinmune.

El uso de cremas con alto contenido en ceramidas son de gran ayuda para la dermatitis herpetiforme ya que impiden la deshidratación de las zonas corporales más sensibles.
La dermatitis herpetiforme, también conocida como enfermedad de Duhring, es una erupción cutánea considerablemente pruriginosa (produce picor) compuesta de protuberancias y más raramente ampollas, con intenso prurito y distribución simétrica, predominando en zonas de extensión de rodillas, codos, espalda y glúteos.
Salvo casos concretos, la erupción suele ser del mismo volumen y forma en los dos lados. Este tipo de erupción es crónica, por lo que permanece durante un espacio de tiempo prolongado.
La mayoría de los casos de dermatitis herpetiforme suelen aparecer entre los 15 y los 40 años, pero se han descrito a partir de los 10 meses de edad, siendo la edad más frecuente de inicio de los casos pediátricos alrededor de los 7 años. A diferencia de lo que ocurre en los adultos, en los niños hay un predominio del sexo femenino y la enteropatía tiene mayor gravedad.
No se conoce una forma de prevención para esta enfermedad, pero las personas que la padecen pueden prevenir las complicaciones excluyendo totalmente de la dieta todos los alimentos que contengan gluten.
El diagnóstico se realiza a través de biopsia de la piel afectada y perilesional. El apunte más importante para el diagnóstico es la evidencia de depósitos granulares de un anticuerpo, inmunoglobulina A, en la dermis superior de cualquier punto del tegumento, por medio de inmunofluorescencia directa.
Es primordial efectuar un diagnóstico de certeza de la forma más precoz posible, debido a que la clínica disminuye al realizar una dieta exenta de gluten. Es importante insistir que la remisión sólo con dieta puede tardar hasta un año en algunos casos, ayudándose de tratamiento para acortar la evolución.
De interés: en algunas ocasiones, cuando se da este tipo de erupción, pueden aparecer zonas en las que se requieran cuidados especiales, donde la barrera lipídica no se encuentre en perfectas condiciones. Las rodillas y los codos deben hidratarse a diario de modo más específico.
El mercado dispone de cremas determinadas para estas zonas. Además, los aceites de baño emolientes son de gran ayuda como suplemento en la hidratación diaria y pueden emplearse sobre la piel húmeda tras la ducha o en el agua del baño.Las cremas con alto contenido en ceramidas también son perfectas ya que impiden la deshidratación de las zonas corporales más sensibles.
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