Existen diferentes tipos de intolerancia a la lactosa y no todos suponen que el problema vaya a persistir toda la vida. Muchas personas que han desarrollado una intolerancia a la lactosa debido a una enfermedad o al consumo de un medicamento, pueden recuperar su flora intestinal y volver a producir lactasa de manera normal, pudiendo tomar lácteos sin problemas.
Pero incluso para aquellos para quienes la intolerancia es algo con lo que van a tener que aprender a vivir toda su vida, hoy existe una forma de hacerlo que les hace mucho más sencillo comer y disfrutar de todo aquello que les gusta: la lactasa comercializada en diferentes formatos.
La intolerancia a la lactosa es debida a que el intestino deja de producir lactasa, una enzima encargada de convertir la lactosa de la leche en otros azúcares más fácilmente asimilables. Administrada por vía oral, la lactasa vuelve a estar presente en el organismo y permite que, de esta manera, se pueda disfrutar de cualquier lácteo.
¿Qué son las pastillas de lactasa?
Las pastillas de lactasa se conocen también como pastillas para intolerancia a la lactosa, ya que son las que usan los intolerantes. Se trata de cápsulas o comprimidos que contiene una cantidad determinada de lactasa y que permiten descomponer la lactosa de la leche.
La lactasa también se fabrica en otros formatos para uso industrial, siendo utilizados por aquellas fábricas que se dedican a la producción y envasado de productos lácteos. Es imposible quitarle a la leche la lactosa, pero sí es posible añadirle lactasa que la descomponga. Y eso es exactamente lo que se hace en los productos que tienen la etiqueta de “Sin Lactosa”
¿Son todas las pastillas para la intolerancia a la lactosa iguales?
No, en el mercado existen diferentes pastillas de lactasa y se comercializan en diferentes dosis. Esto es así porque no todas las personas tienen el mismo grado de intolerancia. El organismo sigue produciendo lactasa, solo que lo hace en menor cantidad. Por eso algunas personas no pueden beber leche pero si pueden tomar yogur y otras, por el contrario, no pueden consumir ninguna de las dos cosas.
La cantidad de lactosa presente en cada pastilla viene expresada en FCC. 300 FCC son la cantidad de lactasa necesaria para digerir 1 gramo de lactosa. Un vaso de leche de 200 ml contiene aproximadamente 10 gr de lactosa, por lo que se necesitarían 3000 FCC para poder digerirlo de media.
Y decimos de media porque todo va a depender de la persona y de su grado de intolerancia, tal y como hemos visto. Por eso, es necesario experimentar hasta dar con la dosis adecuada a cada caso, aunque lo habitual es comenzar con las indicaciones del fabricante.
A veces sucede que una persona reacciona mejor a determinadas pastillas aunque tengan la misma cantidad de FCC, generalmente es debido a la calidad de las mismas.
¿Puedo tomar lactasa a diario?
Sí, de hecho muchas personas lo hacen consumiendo productos sin lactosa cada día, por ejemplo la leche de sus cereales o la que usan para sus cafés. No obstante hay que tener cuidado y no conviene abusar. Una persona que no sufre intolerancias puede acabar con gases o malestar si abusa de los lácteos, para cuanto más alguien que ya tiene problemas con ellos.
Se recomienda no sobrepasar las dos raciones de lácteos al día, ya sean sin lactosa o tomando la lactasa añadida, pero el organismo es el mejor regulador y el que dirá cuando estamos excediendo la cantidad que puede tolerar.
¿Funciona la lactasa con todo el mundo?
Algunas personas con una intolerancia severa no soportan los productos comercializados sin lactosa porque necesitan dosis más altas de lactasa en su organismo para poder tomarlos. Algunos, incluso con lactasa a dosis altas no pueden tolerar ningún lácteo.
Es frecuente que cuando se acaba de diagnosticar la intolerancia no se puedan consumir lácteos sin lactosa ni tampoco lactasa debido a que la flora intestinal está dañada. Se recomienda consumir primero probióticos y, una vez acabado el primer ciclo, probar a introducir los alimentos sin lactosa o las pastillas de lactasa.
Al igual que hemos dicho que sucede con las pastillas, no todas las marcas sin lactosa sientan igual a todo el mundo y a veces hay que probar varias alternativas antes de encontrar aquellas que se puedan digerir mejor.
Alternativas a la lactasa
Para los casos de intolerancia severa en los que no es posible consumir lactasa ni productos sin lactosa la alternativa son los productos de origen vegetal. Las bebidas vegetales como la de soja, la de almendras o la de avena, por poner algunos ejemplos, pueden consumirse sustituyendo a la leche.
También existen yogures de soja y quesos veganos que son aptos para estas personas que no pueden tolerar ningún tipo de lácteo.