Cuando se habla de leche sin lactosa o de derivados de la leche, como los quesos, sin lactosa, la mayoría de la gente piensa que, mediante algún procedimiento, la lactosa es extraída de dicho producto. Pero hoy por hoy no hay una manera conocida de separar este azúcar de la leche.
Lo que sí sabemos es cómo descomponer este azúcar para que pueda ser asimilado por las personas con intolerancia. Esto se hace añadiendo lactasa a los alimentos con lactosa convirtiéndolos así en digeribles y tolerados.
La lactasa es una enzima que, en principio, es producida por el intestino humano. Entre los trabajos de dicha enzima está la de descomponer la lactosa en otros azúcares fácilmente asimilables ya que el intestino no puede absorberla de manera directa.
Al añadir la lactasa a la leche el azucar se descompone como lo haría en el intestino y por eso puede ser consumida por los intolerantes. Pero el problema viene por la cantidad de lactasa que hay que añadir a la leche.
No todos los intolerantes lo son en el mismo grado o escala. Algunas personas toleran pequeñas cantidades de lactosa mientras que otras no pueden soportar ni tan siquiera las trazas. La lactasa trabaja sobre la lactosa pero no hace que desaparezca al cien por cien. Siempre quedará un pequeño porcentaje de la misma.
Para la mayoría, esto es tolerable, pero si se tiene un grado de intolerancia muy alto no se recomienda consumir alimentos sin lactosa.
Una alternativa para aquellas personas intolerantes es consumir la lactasa en pastillas. Al tomarla, esta enzima queda en el intestino como si fuera producida naturalmente por el mismo y podría consumir leche o derivados sin sufrir molestias gástricas.
Cada pastilla está pensada para “combatir” una cantidad determinada de lactosa, por eso cada intolerante puede regularla según sus necesidades y también dependiendo del tipo de comida que vaya a consumir.
Esta manera de regular la lactasa tiene varias ventajas, entre ellas que la persona sabe cuánta cantidad está tomando y puede, con la experiencia, aprender a regularse. La parte negativa de esto está en que debe de llevar siempre encima estas pastillas.
Los productos con la lactasa añadida son mucho más cómodos, no hay más que comprarlos e incluso se pueden encontrar en cafeterías y restaurantes. Pero su parte negativa es que si eres muy intolerante, no podrás consumirlos.